Estamos en una
sociedad en plena revolución, toda revolución implica cambios rápidos en el
tiempo y por ello, por ser tan rápidos, están en muchos casos carentes de
discernimiento, de reflexión.
Esto esta pasando en
especial en los temas relacionados con la vida del ser humano, como los casos
de la manipulación genética, aborto y eutanasia.
Veamos unas
reflexiones sobre este último tema, la eutanasia.
“Es moralmente indeseable y éticamente malo
intentar legislar sobre la supresión de las vidas humanas, inocentes y que toda
ley que lo autorice estará sujeta a abusos impredecibles y que es socialmente deplorable y desorientador,
tratar de promulgar leyes que aprueben la eutanasia”, asevera el doctor Brian
Pollard
El legislador no lo
puede todo, ha de tener unos límites reconocidos y aceptados. No olvidemos que
las mayorías no legitiman una ley, esta solo queda legitimada si es acorde a la
Ley Natural.
No olvidemos también que
en democracia por desgracia los votos se “cuentan” cuando se deberían “pesar” y
se que por esta reflexión se me acusará de anti demócrata, pero creo debo
hacerla: Libertad de expresión, ¿o no?.
Están proliferando en
muchos países leyes sobre el final de la vida y en unas más o menos, pero en
todas se dejan, si no de manera explícita si solapadamente, puertas
abiertas a la eutanasia, como por ejemplo la sedación terminal, el abandono por
su costo, no nos engañemos de los cuidados paliativos o llegando incluso el
abandono terapéutico.
Ante estas leyes
inicuas se legisla también para que el profesional sanitario no tenga derecho a
la Objeción de Conciencia. Todo ello basado en el pensamiento de “vida digna”.
Y esta la define o el propio enfermo o locura de locuras, un tercero. Tercero
que se arroga el poder de dar vida o muerte, esto es de ser Dios si no es ateo
o si lo es, la soberbia que le lleva a estar por encima del bien y del mal y a
decidir sobre ello con total impunidad.
Toda vida ha de ser
considerada sagrada y las Leyes han de garantizar su cuidado o no serian Leyes
por ser injustas y no deben ser obedecidas.
El primer derecho que
tiene el ser humano es el derecho a la vida pues sin éste nada se sustenta, pero
en la cultura de la muerte que se está preconizando, que se nos quiere mediante
falsos argumentos de caridad hacer tragar, se conculca este derecho.
Se da la paradoja que
se lucha contra el suicidio, al menos por el momento ya que hay países que lo
quieren institucionalizar y hacer negocio, y por otro lado se permite el
decidir sobre la vida a alguien que por su enfermedad no está capacitado psicológicamente
o a un tercero que fríamente decide si uno vive o muere. Una verdadera locura
social.
Leí hace tiempo algo
de Hermann Hesse en Lecturas para minutos, que me impresiono y que se puede
aplicar a muchos temas sobre la vida:
“Uno puede morir por
sus creencias, pero nunca matar”
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