Monday, October 22, 2007

ESTA JUSTIFICADA LA CLONACION HUMANA?

El número de "Journal of Medical Ethics" (mayo 2006) ha publicado una detallada crítica de los actuales experimentos de clonación humana. En un artículo titulado "¿Por qué tanta prisa por clonar seres humanos?", el Dr. Neville Cobbe (Wellcome Trust Centre for Cell Biology, de la Universidad de Edimburgo) advierte que se está omitiendo, sin justificación, los estudios previos en modelos animales.

Cobbe señala que la postura de que no hacen falta más ensayos con animales se basa solo en dos trabajos que no son concluyentes, ambos realizados en ratones. En el primero de ellos se logró curar un trastorno del sistema inmunitario, pero no con las células madre clónicas que eran el objeto del experimento, sino con células madre de organismos desarrollados. En el otro se trataba de evaluar las posibilidades de tratar el parkinson con células madre embrionarias obtenidas por clonación. Las células en efecto se implantaron en el cerebro; pero igual resultado se consiguió con células no clónicas. Además, en este estudio se empleó un número de ratones demasiado pequeño y se los observó durante un tiempo demasiado corto para descartar que las células implantadas no puedan causar teratomas o tumores.

A la vez, observa Cobbe, se defiende cada vez más el uso de embriones clónicos para examinar cómo los tejidos de un paciente resultan afectados por una enfermedad o cómo responden a un medicamento. Este procedimiento permitiría obtener células genéticamente idénticas al paciente sin necesidad de extraerlas de él mediante biopsia, que puede ser arriesgada. "Sin embargo –advierte Cobbe–, semejante método parece estar gravemente viciado, porque entre los ejemplares de un clon se dan diferencias relevantes en la expresión de los genes". En experimentos con animales se han detectado mayores diferencias entre fetos clónicos derivados de un mismo original por transferencia nuclear que entre medio hermanos obtenidos por fecundación "in vitro" o inseminación artificial.

Además, Rudolph Jaenisch y sus colaboradores han demostrado que la clonación introduce defectos nuevos en la expresión de los genes, tanto en los tejidos embrionarios como en los demás. Tales aberraciones, ha señalado Ian Wilmut, el creador de la oveja "Dolly", fácilmente invalidarían los estudios que recurrieran a la clonación para determinar las diferencias en el metabolismo de medicamentos entre distintos sujetos. Concluye Cobbe: "A falta de estudios con animales que demuestren la viabilidad de tales investigaciones en embriones humanos, me pregunto cuáles pueden ser los verdaderos motivos para llevarlas a cabo".

En fin, "está claro que la clonación por transferencia nuclear aún dista mucho de ser eficiente, y los pocos datos actualmente disponibles sobre la clonación terapéutica con blastocistos parecen sugerir que tiene aun menos éxito que la clonación reproductiva". Por eso "resulta sorprendente que algunos defensores de la clonación hayan pasado por alto estas dificultades en sus escritos dirigidos al público", con promesas exageradas sobre las posibilidades de la clonación terapéutica.

Esto suscita serias dudas sobre la moralidad de los ensayos de clonación con embriones humanos. Una se refiere al "desprecio sistemático de la vida humana naciente". Otra deriva de la necesidad de óvulos en elevado número para realizar tales experimentos. En relación con esto, la cuestión es "qué significado podría tener el ‘consentimiento informado’ de las mujeres que suministraran óvulos para investigación creyendo que tales estudios pueden llevar a salvar vidas, cuando faltan por completo los necesarios indicios de ello en modelos animales y los riesgos para la salud de la donante pueden llegar a ser graves". Además, hay peligro de que se explote a mujeres pobres.

Cobbe admite que algunos de los frutos que se esperan de la clonación terapéutica pueden hacerse factibles "algún día en un futuro lejano". Pero haría falta mucha más investigación básica, y "por ahora no veo por qué esto habría de exigir forzosamente clonar embriones humanos en vez de embriones de modelos animales". "Si ahora permitimos semejante experimentación con seres humanos sin previa y completa comprobación mediante ensayos en otras especies, ¿realmente sabemos adónde vamos?"

En fin, los experimentos de clonación humana no tienen, hoy por hoy, justificación terapéutica. Más bien, concluye Cobbe, "parece que un cúmulo de intereses puede haber contribuido de modo relevante a fomentar ideas deformadas tanto de los conocimientos científicos en torno a la clonación como de las consecuencias clínicas previsibles".

Wednesday, October 17, 2007

FORTALEZA

Paul Valéry ya afirmó en su discurso a la Academia Francesa que virtud es una palabra que ha muerto o que está a punto de extinguirse, pero también añadió que ya sólo se encontraba en el vocabulario cristiano.

Su premonición es exacta, la idea de virtud no solo ha desaparecido sino que es menospreciada por nuestra sociedad que, eso si, se empeña en hablar de valores, aunque no sabe muy bien de cuales. Pero sin la virtud, que es una condición personal, el valor que constituye un elemento objetivo no tiene ninguna posibilidad de realizarse. Esta es seguramente una explicación de la crisis y contradicciones de nuestro tiempo.

Las virtudes, definidas por Santo Tomas de Aquino, que se relacionaban con la vida en el mundo, llamadas cardinales, para distinguirlas de las relacionadas con Dios, las teologales, son, como casi todo el mundo recuerda, la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza. Este orden no es gratuito sino que establece una jerarquía entre ellas.

La fortaleza aparece en tercer lugar y su importancia surge del hecho de que su existencia es decisiva para la aplicación de la justicia. La fortaleza, escribe Pieper, surge del hecho de que el bien general, la justicia, no se imponen por si solas en el mundo, porque el mal está presente y actúa en este mundo. De ahí nace la fortaleza.

En nuestro tiempo parece como si los cristianos, al menos una parte de ellos, hubieran renunciado a esta virtud, que no puede confundirse con el ejercicio del poder por si mismo, ni con la agresividad, sino con la capacidad para aplicar la justicia y exponer la verdad en el marco de la prudencia, que no es –digámoslo de paso- lo que normalmente se entiende, una actitud timorata, lenta, sino que la prudencia significa el conocimiento de la verdad, no tanto en términos de un criterio cientifista como de conocimiento de contacto con la realidad objetiva.

El prudente contempla la realidad objetiva de las cosas y establece la relación entre “el querer y el hacer” a partir de dicha realidad. Es esta la que ayuda a determinar lo que debe y no debe hacer. Ser prudente no es ser timorato, sino conocer bien en donde nos mete una determinada decisión y sus consecuencias.

Existe toda una corriente del pensamiento cristiano que a través de la insistencia en presentar la debilidad pacífica de Jesucristo, que es cierta pero que resulta incompleta si se prescinde de su triunfo insólito sobre la muerte, ha dado lugar a un tipo de actitud en la que el cristiano ya no tiene como objeto tener fortaleza para exponer la verdad y trabajar por la justicia, sino simplemente hacerse un pequeño hueco, ser tolerado por el mundo.

Hay otra desviación que se encuentra en las antípodas, que confunden el ser fuerte con la agresividad. El utilizar las mismas armas que el adversario. Pero es obvio que si el único y verdadero adversario de los cristianos es el mal, terminaríamos peor acudiendo a sus métodos y estrategias.

Todavía existe un tercer grupo, numeroso, que es el de los burgueses satisfechos que se indignan con lo que sucede pero que son incapaces de aportar nada para evitar que acaezca. No dedican su tiempo ni una parte de sus recursos económicos para establecer la verdad y la justicia.

Los cristianos necesitamos recuperar la fortaleza si queremos cumplir con lo mandado y actuar de acuerdo con nuestra conciencia.

Monday, October 15, 2007

TODO POR DINERO

Todo está en venta en Internet. Por un puñado de dólares se puede encontrar una madre de alquiler en la India o en Lima, un donante de riñón en el sudeste asiático o tratamientos de rejuvenecimiento fabricados a partir de bebés abortados en Ucrania. Pero es China quien lleva la delantera. La materia prima es gratis: son los cadáveres de los prisioneros ejecutados.

Entramos en un foro de "chat" de Hispavista: "Hola, somos una pareja de Argentina que no puede tener chicos. Necesitamos que la madre sustituta también aporte el óvulo... Sería preferible que fuese de ascendencia europea". Responden jóvenes de varios países de Latinoaméria. La limeña Pilar, de 29 años, necesita dinero para estudiar un máster. Una chica de México está también interesada. Tiene experiencia en el negocio y, además, pedigrí: su bisabuela era francesa y su hermano menor tiene los ojos de color verdes.

La India cree haber encontrado un filón en el negocio de las madres de alquiler. El Consejo Indio para la Investigación Médica pronostica que el país no tardará en ingresar cada año 5.000 millones de euros. Una madre de alquiler, según el diario "Los Angeles Times", cobra entre 2.300 y 4.700 euros, cifras que contrastan con un ingreso medio anual de unos 420 euros. Es "un negocio para las dos partes", dice la antigua secretaria de Sanidad del Estado indio de Gujarat. "Es una empresa completamente capitalista. No hay nada contrario a la ética".

Lo habitual es que haya una empresa intermediaria entre la donante y el cliente extranjero, normalmente occidental. Los costes totales pueden llegar a ser muy elevados –viaje, estancia, comisiones, clínica...–, pero el visitante paga también por un entorno legal permisivo y por la seguridad de que la madre del niño no lo va a reclamar después.

El negocio se extiende a todos los ámbitos imaginables. La venta de un riñón puede ser la solución a los problemas económicos de una familia pobre en el sudeste asiático. El motivo es tan simple como la ley de la oferta y la demanda: unas 85.000 personas están a la espera de un transplante en los Estados Unidos, según estadísticas gubernamentales. Y en Europa, dice la OMS, 61.987 personas estaban en las listas de espera a principios de 2005, pero sólo un 40% consiguió el órgano durante el transcurso del año. Entre un 10% y un 20% de los europeos que necesitan un transplante muere sin poder llegar a operarse.

China: donantes ejecutados

China olió hace tiempo las posibilidades del negocio. En este caso, se trata generalmente de la venta de órganos de prisioneros ejecutados. Un informe de la Secretaría de Estado norteamericana se refería ya en 1991 a "numerosas informaciones no confirmadas" sobre "ejecuciones planificadas a fin de responder a las demandas específicas de órganos".

La prensa del Reino Unido ha dedicado mucho espacio a este tema en los últimos meses. Según alertó hace unos días la Asociación de Trasplantes Británica, "hay cada vez más indicios de que se extraen órganos de prisioneros para transplantarlos sin consentimiento del prisionero ni de su familia". En lo que, en todo caso, sí coinciden numerosas investigaciones periodísticas es en que algunos hospitales saben con antelación de qué órganos van a disponer.

Un enviado especial del diario francés "Le Monde" (25-04-2006) ha visitado el Centro Internacional de Asistencia a los Trasplantes de Shenyang, en el noreste del país. En la "web" del centro se exhiben sin recato los precios: 62.000 dólares por un trasplante de riñón; el hígado, a 100.000, y por una córnea se piden 30.000. "La temporada buena son los meses de diciembre y en enero, cuando hay más donantes", anuncia la clínica. "Le Monde" aclara que es en esos meses cuando se produce un mayor número de ejecuciones, con el fin de no hacerlas coincidir con el Año Nuevo chino.

Los cadáveres son también útiles para la industria cosmética. Con la piel de los ejecutados y con los restos de embriones abortados se produce colágeno, que se inyecta en los labios para darles un aspecto más sensual. El Gobierno británico investiga a una empresa china que parece haber introducido estos productos en Europa, aunque no está claro si utilizó los cadáveres sólo en la fase de investigación o también en el producto final. "The Guardian" habló con un responsable de la compañía que reconoció que, en su país, ésta es una práctica "considerada muy normal", por lo que dijo haberse quedado "muy sorprendido de que en los países occidentales se organice tanto escándalo por este asunto". A fin de cuentas, "China puede manufacturar colágeno humano por menos del 5% de lo que cuesta en Occidente".

La venta de óvulos para los tratamientos de las clínicas de reproducción asistida en los países ricos alimenta también un tráfico internacional. El diario británico "The Observer" (30-04-2006) ha realizado un reportaje de investigación en Ucrania y Chipre y ha descubierto que mujeres pobres de los países del este europeo venden sus óvulos para tratamientos de fecundación "in vitro" de mujeres que quieren ser madres en Gran Bretaña.

A pesar de los controles médicos y administrativos en Gran Bretaña, es casi imposible supervisar lo que ocurre en otros países. En Ucrania, se paga a las mujeres una media de 300 dólares por "donación" de óvulos, para lo cual se someten a veces a fuertes estimulaciones ováricas, que pueden ser peligrosas. En Chipre, las clínicas de FIVET, que mantienen lazos con otras de EE.UU. y Reino Unido, cuentan con mujeres de países del este europeo para obtener óvulos. Una enfermera declaró a "The Observer" que algunas mujeres donan hasta cinco veces al año para obtener dinero.